En el día de la fecha, y con la presencia de compañeras y compañeros representantes de USHUAIA, PUERTO MADRYN, BAHÍA BLANCA, CAPITAL FEDERAL, ROSARIO, SANTA FE, SAN JUAN, MENDOZA y TUCUMÁN, el Plenario Nacional de Delegados de ATE CONICET aprueba por mayoría la siguiente Declaración y sus Resoluciones:
Los trabajadores científicos y técnicos del CONICET, ante el clima destituyente que se ha instalado en el país desde el 11 de marzo, nos hemos pronunciado –junto a nuestro sindicato y nuestra Central de los Trabajadores de Argentina- a favor de la política de retenciones móviles a las grandes empresas que intervienen en el negocio agrario, como así también hemos dicho que es imperioso aplicar un criterio diferencial para los pequeños productores y campesinos pobres. Consideramos que el Estado puede y debe intervenir, teniendo como perspectiva un modelo más justo de distribución de los ingresos y la riqueza y, además, efectivizar dicha distribución con medidas concretas y no apenas con buenas intenciones.
Más aún, entendemos que el sector científico y tecnológico puede y debe contribuir con sus aportes de saberes y conocimientos para hacer que esa distribución no se quede en los papeles o en simples declaraciones. La distribución más justa implica políticas públicas efectivas en materia de salud, educación, vivienda, seguridad social, trabajo registrado, salarios dignos, erradicación del trabajo infantil, igualdad de trato y oportunidades para la mujer, garantía de la seguridad y soberanía alimentaria en un país que produce alimentos para más de 400 millones de personas, el control estatal de los recursos mineros y energéticos, el transporte público, la protección del medio ambiente, etc.
Las mujeres y los hombres del CONICET estamos en condiciones de colaborar para el logro de esos objetivos con solo dedicarnos a desarrollar nuestras tareas específicas como investigadores, profesionales, técnicos, becarios y administrativos. De hecho, y más allá de los desgobiernos que asolaron a nuestro país, es lo que venimos haciendo desde hace cincuenta años, fecha en la que fuera creada nuestra institución. Sin embargo, pareciera que quienes deben tomar decisiones al respecto, esto es, las autoridades nacionales encargadas de promover el conocimiento científico y asegurar que los trabajadores del sector puedan cumplir dignamente con sus tareas, no tienen en cuenta nuestra situación particular.
En cincuenta años de existencia, el CONICET jamás dio lugar a convenciones colectivas de trabajo. Las condiciones laborales y las retribuciones, así como el sistema de promociones y evaluación del desempeño siempre fueron abordadas unilateralmente por la vía de decretos o resoluciones internas de las autoridades de turno. Jamás pudimos defender nuestros intereses y puntos de vista desde una situación de paridad democrática porque, precisamente, jamás se nos reconoció el derecho que le asiste a cualquier trabajador de velar por sus intereses en una mesa paritaria.
Recién en 2005 fuimos convocados, por primera vez, a la reunión de apertura de nuestra paritaria sectorial. Pero quedó en eso porque, inexplicable e injustificadamente, el gobierno nacional, en representación del Estado empleador, decidió suspender ese mismo día, y por tiempo indeterminado, la convención colectiva de trabajo para el CONICET. Transcurrieron así dos años de silencio absoluto. Ninguna explicación, ningún justificativo que avalara, aunque más no fuera en el gesto, la omnímoda determinación de cerrarnos las puertas a un derecho que nos asiste.
Con la asunción del actual gobierno supusimos que la situación variaría y motivos no nos faltaban. Es que la Señora Presidenta de la Nación iniciaba su gestión aplicando una medida estratégica para el sector por la que tanto habíamos luchado: la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. Creímos entonces, y de buena fe, que ese camino inauguraba una etapa de cambios profundos, que al tan ansiado descongelamiento de vacantes que, durante el gobierno anterior, había producido la casi duplicación de la planta de personal, ahora vendría un momento de democratización efectiva de las estructuras del Organismo. Y fue así que se lo hicimos saber al Dr. Lino Barañao a poco de asumir su nueva responsabilidad en la gestión pública. La respuesta del Sr. Ministro fue inequívoca: tendríamos paritarias y se comprometió a comunicarnos a la brevedad la fecha de la nueva convocatoria.
Fue en esas circunstancias que imaginamos, en el marco del Bicentenario, que la posibilidad de llevar a la paritaria una propuesta superadora del actual régimen de Carreras resultaría un aporte decisivo. Es decir, una nueva y única Carrera Científica y Tecnológica que, incorporando lo mejor de los actuales Estatutos, potenciara la labor de investigadores, profesionales y técnicos, jerarquizara las actividades tecnológicas sin desmedro de la investigación básica y viceversa, incluyera un régimen jubilatorio único y modernizara los mecanismos de promoción sin caer en odiosas discriminaciones elitistas y obsoletas. En fin, supusimos con esperanza –qué duda podía caber- que avanzaríamos hacia la necesaria actualización de un organismo que, tras cincuenta años de funcionamiento con un mismo esquema, requiere poner al día y responder a las necesidades del país y del interés público. Y este moderado entusiasmo también nos llevó a pensar en la recuperación del 7% adicional por Informe Aceptable, en el 85% de jubilación para todos, en el mejoramiento del régimen de zonas, en el reconocimiento de las tareas insalubres, o del desarraigo en alta montaña, en el aumento del porcentual por título, en la antigüedad, en un avance firme y sostenido en el reconocimiento e instauración de un Régimen para Investigadores en Formación.
Poco después de aquella primera entrevista, el Dr. Barañao nos informó que la fecha sería hace exactamente un mes atrás, es decir, el 28 de abril. Casi en las vísperas de esa cita –que ya habíamos tomado como una fecha histórica y nos disponíamos poco menos que a festejarla- el Secretario General de ATE, compañero Pablo Micheli, recibe una nota cursada por el Ministerio de C&T por la cual se nos notifica que la paritaria se suspende en virtud del cambio de Ministro de Economía aunque, se destaca en la misma nota, el Dr. Barañao reitera su compromiso y voluntad de convocar a la paritaria del CONICET.
Ha pasado un mes desde entonces y, en medio de todo, la prepotencia y el chantaje de los grandes grupos económicos del agro que no dudamos en repudiar. Pero estamos frente a una nueva frustración. ¿Cómo es posible que los trabajadores del CONICET seamos manoseados así? ¿Hasta dónde es cierto que se valora nuestra actividad? ¿Por qué los discursos oficiales han incorporado (por fin) a la ciencia y la tecnología como palancas para un crecimiento soberano y autosustentable de nuestro país y, al mismo tiempo, malversan el compromiso altruista de los hacedores cotidianos de esas palancas? ¿Suponen, quizás, que mientras los precios se disparan nos mantendremos callados y aceptaremos resignadamente el supuesto aumento salarial del 19,5% en cuotas? ¿Imaginan, tal vez, que estamos tan concentrados en la investigación y el desarrollo que no podemos levantar la vista y ver cómo abusan de nuestra paciencia y de nuestra responsabilidad ciudadana?
Es en razón de todo lo expuesto que, al tiempo que exigimos públicamente la inmediata convocatoria a la paritaria sectorial del CONICET, resolvemos:
- Declarar en todo el país el estado de asamblea y movilización.
- Iniciar una campaña nacional de esclarecimiento, agitación y propaganda.
- Aprovechar la realización de la “Semana de la Ciencia” para instalar mesas de distribución de información atodos los concurrentes y a los medios de prensa.
- Impulsar una carta dirigida a la Sra. Presidenta de la Nación, con copia al Dr. Barañao y a la Dra. Marta Rovira que tendrá circulación y difusión públicas.
- Realizar una Jornada de Protesta en todas las dependencias del CONICET el próximo 27 de junio.
- En lo organizativo: designar un delegado titular y uno suplente, en cada Centro Científico y Tecnológico, para poner en funcionamiento la Comisión de Igualdad de Oportunidades y Trato (CIOT) y la Comisión de Seguridad y Medio Ambiente de Trabajo (CIMAT) que, según lo normado en la Convención Colectiva de Trabajo para el Sector Público (Comisión Negociadora Central) debe funcionar actualmente en toda la jurisdicción del CONICET sin perjuicio de su paritaria sectorial.
- Publicar un boletín nacional (electrónico y gráfico).
- Designar los Delegados Paritarios de CONICET.
- Iniciar en todo el país la discusión y elaboración colectiva de la propuesta de ATE CONICET para nuestra paritaria sectorial.
Buenos Aires, 29 de mayo de 2008.