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La antesala del Cordobazo El recuerdo de Quagliaro a 38 años del Rosariazo



[24/05/2007 - ACTA] Por Nadia Mansilla. Héctor Quagliaro, quien fuera secretario general de la CGT de los Argentinos de Rosario y uno de los principales referentes de esa primera gesta que quedó inscripta en las luchas más importantes del movimiento obrero, rememora esas jornadas cuya esencia se recicla en la construcción de la CTA.
¿Cómo vivió usted el Rosariazo?


Recuerdo que el 15 de mayo de 1969 hubo una movilización de estudiantes en la Plaza Cabral de Corrientes, donde mataron a Juan José Cabral. Yo había ido a una marcha de duelo. Cuando terminó la marcha, en una concentración de jóvenes militantes en Resistencia, me avisaron que en Rosario la policía mató a Adolfo Bello. Retorné a Rosario, al día siguiente hubo una movilización con muchísima gente, donde mataron a otro joven, Luis Blanco. Decretamos un paro. El 21 a la noche hubo una fuerte movilización con actos de represión y el 22 y el 23 se gestó el Rosariazo. Eso dio lugar a un fuerte conflicto social que era llevado a cabo por las dirigencias en Rosario, que era una zona de gran desarrollo industrial. Luego Córdoba, que a partir de la concentración de la Alianza para el Progreso se había instalado toda la industria siderometalúrgica y estaban las grandes fábricas automotrices, con una dirección sindical combativa, con Atilio López y Agustín Tosco y con una fuerte organización de los estudiantes. Allí se dio el Cordobazo, que tuvo mayor impacto porque ya había estado la experiencia de Rosario. Luego en Rosario hubo otro Rosariazo, en septiembre.
¿Qué cree usted que quedó de aquellas gestas?
Más allá de las muertes que sufrimos en mayo, creo que quedó instalada una propuesta de confrontación permanente con el sistema. Eso lo recordamos permanentemente. El Rosariazo no es un recuerdo, es una práctica en la construcción permanente. Hoy todo se hace movilizando y depositando la fuerza en las decisiones de la gente.

¿Qué correlato distingue como aporte a la construcción del movimiento obrero?

Considero que hoy, a 38 años, de aquella gesta, es la CTA quien cumple un rol casi como el que cumplió en su momento la CGT de los Argentinos y seguimos empujando, tratando de mantener vivo el recuerdo, porque los hechos de la historia nos van perfilando a saber cuál es el mejor camino para elaborar un futuro que instale el proyecto de los trabajadores en el centro del poder político donde se está diseñando el presente y el futuro de la sociedad argentina. Existe una ligazón metodológica e histórica entre la CGT de los Argentinos y la CTA que deposita toda su fuerza y su quehacer en la decisión y la participación de la gente. En todos los ámbitos: jóvenes, desocupados, niños, jubilados. Nosotros seguimos trabajando, desde la CTA.

¿Actualmente, en qué actividades está practicando su militancia?

Hoy me toca asumir, junto con mis compañeros, la responsabilidad de defender a los hombres y mujeres jubilados de este país, que están sufriendo extremas situaciones en sus derechos elementales por una vida digna y con una obra social que no responde a las necesidades de prestaciones de salud eficientes, rápidas y efectivas. Por eso desde la CTA impulsamos estas ideas. Es un orgullo tener la oportunidad histórica de haber sido partes tanto de aquellas gestas, como de la creación de la CTA. Tengo más de 50 años de militancia y sigo siendo una referencia de la militancia, la recuperación de ATE y el rol que ATE juega en la CTA como uno de los que más apuesta a un modelo sindical que rompa las estructuras y realmente decidan los trabajadores. Por eso somos la Central de los Trabajadores y no una central de sindicatos. Esta experiencia nueva crece con mayor fuerza y mayor protagonismo de la gente. Esto nos pone bien porque lo que nos queda como rédito es que vivimos como hablamos y más allá de nuestro compromiso político, tenemos un compromiso ético y moral que es lo que la gente reclama de sus dirigentes y que nosotros testimoniamos todos los días: transformar la Argentina en un país con equidad social. Y mostrar aquello que se quiere callar, apañar desde el poder, un modelo sindical que no responde a los mismos intereses que nosotros. Por eso somos autónomos del poder político, económico, como del Estado. Esto le da perspectiva de crecimiento enorme porque la gente quiere que instalemos este compromiso en las demandas de todos los días en todo el país se están realizando.

Héctor Quagliaro nació en Rosario en 1933. A los doce años empezó a trabajar como ayudante de un lechero. A los 20 años ingresó en los talleres del Ministerio de Obras Públicas de la Nación, donde comenzará a desarrollar su actividad sindical. Fue electo secretario general de ATE Rosario en 1959 siendo reelecto en 1961 e integrando las 62 Organizaciones (prevandoristas). Desde allí surgieron los documentos preliminares de la La Falda (1957) y de Huerta Grande (1962), antecedente histórico del Programa de Huerta Grande enarbolado por la CGT de los Argentinos a finales de los años `60. En 1963 fue electo por primera vez Secretario General de la CGT Rosario, cargo que ocupó en reiteradas oportunidades.

Del 26 al 28 de marzo del año `68, en el congreso normalizador de la CGT se constituye la CGT de los Argentinos, donde confluyeron distintos sectores del activismo sindical marcando claras diferencias con el sindicalismo colaboracionista que había participado del movimiento encabezado por el dictador Juan Carlos Onganía que destituyó a Arturo Illia en junio de 1966. A semanas de ese hecho, un sector del movimiento obrero de Rosario y del Cordón Industrial lanzó una convocatoria titulada “Por una CGT sin compromisos o ataduras espurias”. Posteriormente, el 17 de abril en un plenario de 27 gremios, presidido por Héctor Quagliaro, se conforma la “CGT de los Argentinos Regional Rosario”, aprobando lo resuelto en el congreso normalizador, y se lo designa secretario general de la CGT de los Argentinos en la región Rosario.

Ya en 1970 es electo secretario adjunto de ATE (Asociación de Trabajadores del Estado) nacional y posteriormente ocupará la Secretaría Gremial de la misma organización. En 1987 es elegido secretario general de ATE, cargo en el que fue reelecto hasta 1999, siendo en 2003 nombrado presidente del Centro Nacional de Jubilados de ATE y de la Federación de Jubilados de CTA, cargo que ocupa hasta la actualidad.

Declarado Ciudadano Distinguido de Rosario el año pasado "por su compromiso en la defensa de las libertades democráticas, los derechos del movimiento obrero de nuestra región y su contribución al movimiento popular de nuestro país".

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